13 de septiembre de 2010

Tranquilos por la cuidad de Rio de Janeiro, viaje en kombi por América

Fueron 15 días de Andrés con nosotros en Brasil, estaremos esperando ansiosamente que las clases en Colombia acaben para que vuelva a estar con nosotros en el lugar que sea. Estamos orgullosos de que haya podido guardad la calma a pesar de las inconvenientes que tuvo el vuelo de venida y más aún de que haya sido capaz de haber llegado solo al lugar donde lo estábamos esperando, ya ves que si se podía???
Cada día se aprende más de la vida, no es solo lo que pasa a nuestro pequeño alrededor, hay que atravesar nuestro perímetro. Hay mas personas en el mundo que están dispuestas a enseñarte cómo viven, que hacen, como siente, como son, hay que aprender de las cosas que nos pasan, de lo que vemos, de lo que oímos, cada día nuestro espíritu crece y nos damos cuenta lo afortunados que somos. Ahora, estamos sumergidos en la inmensa felicidad en la que se ha convertido nuestras vidas.
Después de la partida de Andrés, descansamos un poco de esa gran energía que lo embriaga y de los juegos de cartas y cosas divertidas. Ahora nos vamos a hacer actividades de adultos, ósea todo lo referente a relajarnos, en pocas palabras no hacer mucho, tomarnos las cosas con calma, descansar de no hacer nada!
Aprovechamos para conocer la cuidad con calma con la ayuda de las bicicletas y por la excelente infraestructura de las ciclo vías fue todo un éxito. A todos los lugares turísticos se puede llegar en ella sin correr ningún riesgo. Se bordean las playas, los lagos y se recorren los parques, ahora con la brisa fresca el recorrido se hace mejor.
Cuando encontramos un lugar hermoso y tranquilo nos sentamos a leernos uno de los libros del repertorio de la biblioteca, activamos nuevamente la melanina con una bronceadita, aclaramos que bastante falta nos hacía y hablamos lo que más podemos con la gente para aprender un poquito de portugués, el brasilero es muy amable y paciente, se presta para enseñarnos y ayudarnos a pronunciar esas letras nasalizadas que son complicadísimas.
La cuidad en temporada baja, alberga muchas personas en las playas, hay movimiento y mucho tráfico vehicular. Algo que nos ha impresionado es el alto costo de las cosas, todo es exageradamente caro y no hay nada que baje de 3 reales (1,5 dólares).  
En las playas se ve mucha gente haciendo ejercicios, muchos mostrando sus esculturales cuerpos bronceados y tonificados por el ejercicio (hombres y mujeres), la verdad es que son muy vanidosos, adictos a la belleza.

En la noche el malecón en mosaico que bordea el litoral se llena de personas bien arregladas, mujeres en tacones altos y vestidos, en búsqueda de un trago o algo para cenar.
                                                                                                                                    Arcos NA LAPA

En la noche una visita a LAPA, centro histórico de Rio de Janeiro, un poco descuidado, pero atestado de restaurantes, bares y discotecas y esa alegría contagiosa que caracteriza al brasilero. Entramos a un lugar donde bailaban samba de salón mientras cantaban lindas canciones en portugués. Siempre pensamos que existía la samba que veíamos en el carnaval, pero resulta que hay muchos tipos y una de ellas era la que estábamos viendo, se bailaba en parejas, muy juntos, dando muchas vueltas y moviendo los pies rápido, algo como salsa pero con ciertas variaciones.

Rio una ciudad con muchas cosas por hacer, aunque nos quedaron cosas por conocer, ya es hora de despedirnos. Decimos que nuestro próximo destino es Belem do Para, pero para ser más precisos vamos por todo el litoral que suma más de 4000 kms, pensamos en ir de 300 en 300 kms para no hacer tan duros los recorridos. Según una guía de las playas de todo Brasil que compramos lugares para conocer es lo que hay. Así que: ahí vamos.