24 de julio de 2011

Nos declaramos en viaje nuevamente!!! nuestro viaje en kombi continúa.

Desde este momento nos declaramos oficialmente en viaje, el nuevo destino siemplemente es el norte, ojalá hasta Estados Unidos y Canadá. La ruta la iremos planeando en el camino.
Todo surgió de un momento al otro, ciertas dificultades para enviar la kombi por Buenaventura debido al alto costo (4000 dolares más gastos adicionales), nos hizo tomar la desición de ir hasta Cartagena directamente donde el costo es sustancialemente menor.
Por supuesto como hacemos nosotros, vamos con calma y como siempre nos pasa, la ruta se desvía y se hace más lenta la llegada a cualquier lugar.

Salimos de casa el domingo 26 de Julio, nuestra primera parada y para empezar con buen paso recibimos la invitación a casa de Juan Manuel, Sandra y Juan su hijo en el Darien, donde pasamos un par de días compartiendo charlas de viajes y ellos nos dieron consejos de algunos países del norte que ya han visitado. Como siempre Sandra deleitándonos con  deliciosa comida que prepara con mucho AMOR! y nuevamente reiteramos lo compatibles que somos con ellos, nos parecemos mucho en lo que hacemos y lo que nos gusta! Aprovechamos para arreglar la kombi por que al salir de casa, todo lo que estaba regado lo pusimos en cualquier lugar.

Y como pasar por Armenia y no ir a casa de Kike y Mónica por tercera vez? de verdad que es imposible, ellos como siempre junto a sus hijos Joel y Natan, nos recibieron y nos atendieron.... Además, nos convencieron de esperar unos días más y asistir al encuentro nacional de entusiastas VW que se realizaría en Villavicencio, el cual durante casi todo un año se encargan de organizar. Así que después de un viaje tranquilo hasta Bogotá, pasando por el alto de la Linea, nos dirigimos a Villavicencio, donde pagamos el peaje más caro de Colombia $12.000 (7 dolares).

Es el primer encuentro nacional al que hemos asistido. Este más que un encuentro de carros es un encuentro de personas y familias que se unen por el gusto por los autos VW. los días estuvieron llenos de actividades y se contó con la presencia de clubes de Ecuador y Venezuela, la cosa estuvo de nivel internacional!
Algo que nos sorprendió mucho fue que varias personas nos reconocieron al habernos visto por internet, tuvimos la oportunidad de hablar con mucha gente y sentirnos cada vez más animados y reafirmando nuestro proyecto de vida.

Antes de salir de Bogotá se programa una reunión de un momento a otro, la idea conocernos con algunos y recordarnos con otros. Abrazos para todos ustedes amigos y es grato ver personas que hemos llevado en nuestro corazón y con las que se tejen grandes lazos de fraternidad a pesar del poco tiempo de conocernos.

La salida de Bogotá con miras a Cartagena. Decidimos irnos por una ruta diferente de las que ya conocemos, pero nunca nos imaginamos el regular estado en el que se encontraba. Los estigmas de las recientes lluvias aún se perciben en el paisaje, grandes lagunas reflejan los arboles y las montañas en ellas.
De chiquinquirá a Barbosa la vía se encontraba en buen estado, pero al tomar la vía a Vélez con destino a la Legua para tomar el Magdalena medio, se convirtió en unas de las vías en peor estado por la que hemos transitado en Colombia., con puentes caídos, largos tramos sin asfalto y grandes hundimientos tapados con tierra y piedras.  Pero como todo esfuerzo tiene su recompensa, los lindos paisajes con los miles de verdes y el trinar de las aves nos acompañaron hasta la llegada al Magdalena Medio. 
El paisaje cambia, llegamos a las planicies de la región costera norte de Colombia, el Río Margadelena baña estas tierras formando una inmensa región de Ciénagas. El calor se hace muy intenso y los pueblitos pequeños, polvorientos y llenos de mototaxis que nos recuerdan las carreteras del Perú pasan por nuestras ventanas hasta nuestra llegada a Bosconia, donde nuevamente perdemos el buen estado de la vía al girar rumbo a Carmen de Bolívar.

Después de toda esta travesía por estas carreteras, llegamos a Magangué donde tomamos un pequeño ferry que atraviesa el río Magdalena por una hora hasta llegar a la Bodega, luego, una hora mas de carretera en mal estado para llegar al pueblo que parece suspendido en el tiempo, aquel pueblito que nos recuerda los relatos de la famosa Macondo...."Mompox".
Escondida en medio de la ciénaga, el Magdalena y lamentablemente la basura, se encuentra un gran patrimonio histórico que hace recordar aquellos tiempos de gloria, donde llegaban grandes embarcaciones a vapor por el Río Magdalena, con mercancías, abarrotes y esclavos. Gloria que duró hasta que el caudal del Río bajo tanto que dejó de ser navegable. Las hermosas casas bicentenarios, de techos altos y casi sin fin que se ven desde la puerta de entrada, cuentan historias de como inició la independencia de nuestro país con la valentía de cientos de momposinos que se unieron al ejercito de Bolívar.
Los relámpagos iluminaron la noche sin electricidad y la lluvia refrescó el intenso calor en ausencia de ventilador. Cada cosa que sucede y cada lugar de este pequeño pueblo tienen mucha magia, la tranquilidad ronda por los alrededores y las lechuzas nos acompañan al caer la noche.

Muchas aves nos rodean y vuelan de aquí para allá, trinando y revoloteando sus alas, se esconden lejos donde la basura no las puede alcanzar. Nosotros vamos en bote hasta un lugar muy bello pasando en medio de pasadizos y laberintos de vegetación, invadiendo este espacio limpio donde ojalá no llegue mucha gente..... nos tiramos a las aguas de los manglares que forman un lago y nos refrescamos del intenso calor.
A las 5:00am salimos de Mompox, rumbo al ferry de regreso que sale a las 6:30am dejando atrás este pueblo escondido tras las aguas del Magdalena, conocido por pocos, querido por otros pocos que no lo cuidan, la tierra del olvido donde no pasa nada, ni siquiera el tiempo.