16 de junio de 2012

Kombianos cruzando de México a Estados Unidos - Viajando en kombi por América

Éste, un recuento de casi tres meses sin escribir sobre nuestro periplo. Cada día lleno de sorpresas... algunas complicadas, pero todo con solución. La historia mas linda de contar se relaciona con la gente, esa gente, esos pobladores de la tierra que no dejan de sorprendernos. Cada día entendemos más que todos tenemos algo que compartir y generalmente estamos dispuestos a hacerlo.


Juan soñador y futuro viajero. Pablo, Peggy y sus hijas Paula y Valeria con su interesante jueves de casa abierta lleno de amigos y familiares. Guillermo, Jackeline y Paulina nos mostraron que hacer reír a los demás es un gran regalo. Mario, todo un soñador de un país mejor. Fabiín, Alma e Iván locos de amor por los vochos.  "El viaje" nos ha llenado de bellos encuentros con personas como ustedes que nos enseñan cosas inimaginables. Hay cosas que parecen difíciles pero ya sabemos que es muy fácil abrir el corazón y las puertas de tu casa. Gracias por compartir las cosas de sus vidas con éstas dos personas que van de paso.

México, un país de grandes sorpresas, de magna belleza, preciosas playas, montanas y llanuras, historias milenarias, coloniales y actuales. Un país con problemas de violencia e intolerancia de la que evidenciamos sólo por televisión. El encanto de México lo pudimos vivir al máximo y con toda tranquilidad y la entrega de su gente que nos dejó de manera grata maravillados.
De la capital nos desviamos a Michoacán. Y todo por que? buscando una de las paradas que hacen las mariposas monarcas en su ruta por huir del frío del norte. Después de varios meses y seis generaciones llegan hasta éste cerro. Al llegar no observamos nada, pero al salir el sol, las mariposas se van desprendiendo de esos cúmulos que hacían en las ramas de los árboles donde estaban camufladas.


La capital un lugar de grandes sorpresas, la bandera ondeante del Zócalo se iza en las mañanas y se arría a las 6 de la tarde. Debajo de estas edificaciones se cuenta la historia de lo que algún día fue el gran imperio Azteca, tan magnífico que los historiadores de la época de la colonia lo ponían por encima del imperio romano.  El centro histórico con esa clara impresión de hundimiento y de irregularidad, producto de grandes construcciones hechas en lo que antes era una gran zona pantanosa.


Contrastes, arte, cultura, percibidas en cada caminata por cualquier lugar. Algo que siempre recordaremos es el pregoneo de los productos y comidas típicas en camino de ingreso al metro.
Ciudad de México un lugar a donde muchas personas personas no se atreven a ir. Razones? diversas. Creo que la principal es el desconocimiento y la atención extrema que se le presta a las noticias amarillistas. Esta ciudad, ciudad de sorpresas, amores y desamores que es imposible terminar de conocer.


Caminos históricos nos llevan rumbo a Teotihuacán. Al ver las grandes edificaciones no podemos evitar preguntarnos una y otra vez ¿como los españoles pudieron derrotarnos? En Tula, los grandes guerreros ahora puestos sobre la edificación principal se muestran vigilantes a la llegada del enemigo.

La ruta al norte centro de México nos lleva a lugares diferentes, de esos pintorescos que nunca se olvidan. Queretaro con su gran acueducto que atraviesa el horizonte, rodeado de bellos pueblos coloniales, ahora, cuna de vivienda de extranjeros que han encarecido las tierras.

La revisión de motor se vino nuevamente, hace un buen rato no molestaba, pero lo que antes era un motor limpio ahora es una motor pintado de aceite y ese ruido que desde San Salvador nos acompaña a lo largo del camino nos empieza a preocupar. Javier, deja su trabajo por un momento y nos ayuda a bajar el corazón de nuestra kombi, los empaques buenos y ninguna fuga visible, así que a seguir poniendo el aceite que se pierde. Ellos tienen una fábrica de paletas y de gorditas, que comimos todo el día. La favorita una paleta de un sabor autóctono mexicano !CHAMOY!. Gracias Javier, Carmen, Karen y Lalo.


Lo que era una noche se convirtió en una semana, esta familia conformada por dos colombianas y dos mexicanos nos llenó de atenciones. Su historia comenzó cuando Sergio se encontraba viajando en su moto, llegó a Colombia y se conoció con Adriana, aunque el viaje se detuvo, sabemos que tienen intención de iniciar un viaje los cuatro por rutas de América.///Nos mostraron la ciudad y sus alrededores, nos llevaron a comer todo típico cuanto se pudiese y nos dieron unos pinitos con Miranda y Luciana para cuando seamos papás. 

Lo que algún día fue un pueblo minero, se convirtió en este lugar. Guanajuato enclavada entre la montaña y donde abundan los colores, está llena de calles por las que sólo se puede pasar caminando, túneles por los que algún día caminaron mineros y ahora pasan carros, noches de melodías mexicanas al canto de las tunas universitarias y los infaltables y abundantes refugios para turistas.


Hacia el norte la geografía va cambiando notoriamente, los cultivos y los animales ya nos son los mismos. La noche llega más tarde y nos permite movernos en carretera por más tiempo. La imagen del sol al poniente y la luna al oriente nos anima a tomar una pausa en el camino, detenernos a disfrutar la puesta del sol y un emerger de la luna.


Pasamos la noche cerca a Matehuala, Al levantarnos tomamos la vía que conduce a las antiguas minas de Real de Catorce. La carretera empedrada, 25 kilómetros de sonidos y traquidos de la kombi hasta llegar a un túnel que anuncia la entrada al pueblo.  Se paga un peaje y continuamos por el largo túnel que solo permite el paso en un sentido a la vez. El pueblo en tono sepia de fotografía antigua no muestra más que unas calles, todas ellas desoladas, algunas casas a medio construir y unas abandonadas. Al pasar la bonanza de este pueblo minero, la gente lo abandonó y quedó casi en el olvido. Ahora es un pueblo donde se vive solamente del turismo y de vez en cuando se filma una película.




Tras escuchar muchos comentarios sobre no hacer una parada Monterrey, decidimos igualmente aventurarnos a mirar un poco de la ciudad, pasamos un par de noches preparando y decidiendo el sitio para pasar hacia Estados Unidos. Nos comentaron que entre Laredo y Reynosa, era preferible el paso por Reynosa que en ese momento se encontraba más tranquilo. Como hemos comentado en varias ocasiones no hemos tenido ningún encontrón de ningún tipo en las carreteras ni en ningún lugar de México, aunque tomamos la desición de cruzar de Monterrey a la frontera por la carretera con peajes que está con vigilancia.
Vamos rodando sobre el Río Bravo, Frontera con México y U.S.A hasta que nos encontramos con el puesto fronterizo de U.S.A que para nuestra sorpresa no estaba tan congestionado como habíamos pensado y mucho menos sombrío como en las películas. Como hemos hecho en todas las fronteras, tomamos una foto de recuerdo. A los pocos minutos, vemos dos agentes de la policía de la frontera que se van acercando a nosotros muy malencarados. Con un tono de voz muy fuerte nos piden la cámara y nos borran todas las fotos que habíamos tomado desde que pasamos el puesto fronterizo de México.  Así que no hay fotos en la frontera de Estados Unidos.  Después de esto pensamos iba a ser muy complicado el ingreso, pero al pasar sólo revisaron nuestras visas e hicieron una revisión muy general de la kombi. Nada invasiva y mucho menos irrespetuosa como nos pasó en otras oportunidades.  Así que esta es la primera gran sorpresa que nos da este país.

Pasamos nuestra pimera noche en Mc Allen en un estacionamiento. A la mañana siguiente vamos rumbo a Corpus Christi. Haciendo unas compras, una familia de Estados Unidos se nos acercan, tienen una kombi y están acampando en la playa de la isla del padre. Al principio teníamos temor de acampar en la calle por que en todo lado dice que está prohibido, pero tomamos el riesgo y con esta familia pasamos un gran momento. Saliendo de las preconcepciones de los estadounidenses, nos damos cuenta que acá también hay gente que vive como nosotros, con una vida tranquila, sin deudas, en la que las comodidades no solo lo da lo económico, en la que la única riqueza no es el dinero y eso es lo que Jess y Jessy le enseñan a su hijo Taj.


Faltaban tres días para el St. Patrick´s day 2012. Y nos comentaron que New Orleans era un buen lugar de celebración. Así que empezamos a manejar los casi 1000 km (600millas) que nos faltaban para llegar. Todo gira en torno de la Bourbon Street. La felicidad, el licor y la locura son el principal protagonista. Sentarse a observar lo que hace la gente es más interesante que participar de la celebración. Las mujeres intercambian la levantada de la blusa por collares que tiran desde los balcones y al final de la noche todos se confunden felices entre la muchedumbre, las luces de neón y el olor a vómito.


Pero!!!! al salir del sector de Bourbon Street, la realidad de esta ciudad junto al río Missisipi y cuna de los más grandes compositores y cantantes de Jazz aflora y la felicidad pasa a otro plano. Hay gente viviendo debajo de los puentes, personas rondando sin rumbo de un lugar a otro y casas a medio caer. Ésta otra realidad de una ciudad que hace 7 años fue fuertemente golpeado por el huracán Katrina y que aún no ha podido terminar de recuperarse.

Vamos conduciendo rumbo a la Florida tratando de evadir grandes ciudades y carreteras por las que conducir se hace difícil. Nuestra velocidad máxima es de 80km/hora (50m/h) y eso que sentimos que vamos a volar, así que tomamos carreteras con entradas a pueblos y playas. En los sitios de acampada, somos unos pigmeos al lado de las gigantes casas rodantes.

En Hudson cerca a Tampa en la Florida, ese ruidito en el motor se pone peor y decidimos parar la kombi en un estacionamiento y esperar. Ya lo tomamos con calma y solo esperamos. Hacemos unas llamadas a unos amigos en Colombia (gracias Giovanni y Rodrigo) y ellos nos ayudan a hacer contacto con clubes VW cercanos. En unas horas recibimos un par de llamadas, una de ellas un estadounidense dándonos el teléfono de Wilmer, un mecánico en Tampa, lo llamamos y nos dice que nos espera en su taller.  
Los 80 Km que nos separaban del taller los hicimos en grúa, que para nuestra fortuna cubrió el seguro que habíamos comprado en la frontera.
"Tampa Bay Volky Club" un grupo de hermanos, primos y amigos casi todos puertorriqueños, que hicieron de este momento difícil una pausa en el camino.  En medio de las charlas nos dan la buena noticia de que una pareja de aficionados a los VW en Puerto Rico nos hace una invitación para visitar su preciada colección en la isla del encanto. Entre comidas, charlas y fotos, se abrió el motor de lunita y esto fue lo que se encontró:

El cigüeñal en dos pedazos y aunque el motor andaba, no había mucho que hacer. Éste motor ya había soportado varias reparaciones, para ser más precisos cinco y el bloque no aguantaba una rectificación más. Y ahí va, eso que a veces no podemos creer, eso que uno no se espera. En el taller hay un motor armado y con la tranquilidad que caracteriza a Wilmer nos dice:  "el motor es un regalo para que continúen con su  viaje al norte". Así que acá más al norte estamos gracias a este preciado regalo.


Miami la tomamos como punto de partida para recorrer los puentes que unen las islas para llegar a Key West. Después de encontrar un lugarcito desde donde apartados disfrutamos de la vista de la ciudad, podemos respirar con calma y salir de esas autopistas agitadas desde donde nos sentimos envueltos por el tráfico, y es en lugares como éste, sentados a la orilla del mar y viendo la gran ciudad, donde notamos cada vez con más acierto que nuestro lugar al momento de poner freno al viaje será un lugar menos agitado, donde todo transcurra más despacio. 


El camino a Key West, sobre islas unidas por puentes llenos de pescadores que van sobre un hermoso mar azulado. Pueblos pequeños para abastecer gasolina y comprar alguna cosa.  Al final del camino la milla cero de la ruta 1 y el mojón que anuncia el punto más al sur de Estados Unidos a 90 millas de Cuba.


Tal vez cientos de caídas de sol durante estos ya casi 4 años de andanzas por la carreta. Muchas veces nos detenemos a tomarnos un respiro y ver como el sol se esconde...... Esta vez a lo más sur de EEUU, sigue obviamente escondiéndose el sol y nos sigue hipnotizando. Por que será que algo tan cotidiano aún nos causa tanta admiración???? son esas cositas pequeñas que a veces no notamos pero que nos hacen tan alegre la existencia.
//////////////////////////////////////////////////////// PUERTO RICO


Pocos días tuvimos, pero cada momento fue preciado. Las edificaciones coloniales del viejo San Juan nos hicieron recordar nuestra Cartagena de Indias. Puerto Rico no era parte de nuestro itinerario de viaje, pero gracias a la invitación del museo Volkylandia ahora hace parte de esta historia.


Gracias a la Invitación de Norman y Diana pudimos llegar a éste lugar, la colección más grande de autos VW antiguos "Volkylandia".  Éste lugar definitivamente espectacular, hasta el mejor conocedor de volkswagen quedaría con la boca abierta. Y Sandra, gracias por ese rico café de Yauco que nos diste para tomar en el resto del camino. En las cercanías de esta ciudad llegamos hasta la casa de la madre de Wilmer, definitivamnete de tal palo tal astilla. Una familia muy unida que nos hizo parte de ella.


Algún día hablamos con Ángel estando en Argentina y ahora estamos en casa de el y su esposa Noret.  Nos hospedaron en su casa y organizaron un BBQ de despedida con los amigos del club de Westfalia Puerto Rico (Maritza, Kikito, Darlyn, Sweety, Brunny, Viviam y Gilberto), unas cervezas, larga charla y hasta clases de Biología por el Doctor Angel Olivares.


En Miami compartimos con varias familias, algunas ya conocíamos y otras a las que tuvimos en placer de visitar por primera vez.  Es increíble todo lo que se puede aprender de la gente, esas bonitas y a veces difíciles historias de cuando sales a explorar un nuevo rumbo nos dieron bastante en que pensar.Todas estas familias son colombianas y cada una tiene una buena historia que contar, también en parte son historias de viajeros. Lorena, Cristian, Nati, Nico, Lucila, Tavo/ Leslie, Alejandro, John/ Germán, Adriana, Paulina, Germán Jr. gracias por compartir sus aventuras con nosotros. Y al amigo Eddy de Kissimme le agradecemos la reparación que le hizo al carburador, desde ese día no se volvió a inundar el motor con gasolina.


Los integrantes del VolksFamily Car Club recibieron en la reunión semanal del club en uno de los Walmart de Kissimme. Les compartimos nuestra experiencia de viaje, ellos nos mostraron sus vehículos, todos muy bien restaurados y cuidados y algunos bastante curiosos. Al finalizar la reunión nos comentan van a hacer un aporte para gastos éste viaje.




Andrea y Carlos, periodistas, y como periodistas ven la vida a través de historias. Vieron nuestra kombi estacionada en casa de uno de nuestros anfitriones en  Miami y quisieron compartir con sus televidentes nuestra historia de vida.  Fueron un poco más de cuatro días que junto a nosotros viajaron de Miami a Orlando, viendo lo que hacemos, como vivimos y compartiendo lo que pensamos de la vida. Fue divertido, nos sentimos como un reality..... aquí va el trailer de el reportaje!!!!!



La nota completa Univisión en Aquí y ahora!!!


En sentido norte aparecen los primeros rayos de sol que calientan, las flores en el camino marcan la presencia de la primavera. Las playas se empiezan a llenar de gente que ahora se encuentra de vacaciones.


En la búsqueda del camino al norte tratamos de apartarnos lo más posible de las grandes vías que nos intimidan un poco y que no hayamos razón de transitar por que sólo vemos cemento, cercos y autos a toda velocidad. Encontramos esta bella ruta que circunda y serpentea por los montes Apalaches, la Blue Ridge Parkway que tomamos desde Ashville North Caroline hasta la milla cero en el estado de Virginia.


Fueron un poco mas de 400millas (640 km) en 5 días de camino lento con sube y bajas un poco pronunciados, deteniéndonos en miradores, zonas de picnic para hacer la comida y parques estatales para pasar la noche bajo las cobijas con el frío que nos arrullaba.


Definitivemente esto es vida, poder tomar un tiempo para simplemente sentarse a ver las cosas con detenimiento y detallar lo que pasa, ver pasar los pájaros, los ciervos, las serpientes, la gente que corre, que ríe, sentir como el sol te calienta y el viento te roza la cara.////////

Llegamos a Washington DC, la capital de Estados Unidos!!!!! y cómo no? había que posar frente a un lugar emblemático junto a la kombi, para nuestra fortuna era domingo y no había tráfico.
Washington Monument - The National Mall

Despues de varios días de tranquilidad decidimos hacer el típico recorrido. Nuestra kombi acentada sobre el parque estatal greenbelt (los parques estatales son la forma más economica de alojamiento que hemos encontrado en los Estados Unidos)  a las afueras de la ciudad a 3 millas de la estacion del metro. Así que nuestro itinerario diario era: 3 millas en bicicleta a la estación del metro, 35 minutos de camino para llegar al centro y bajarnos a pedalear por donde el mapa indicaba. Después de ver la masa de turistas tomando fotos aquí y allá, no nos podíamos quedar atrás, así que ahí van............las típicas fotos turísticas!!!!! CLIK-CLIK-CLIK

La vida en Estados Unidos transcurre más tranquila de lo que pensábamos. A pesar que tanto temíamos a los costos hemos logrado encotrar economía.  La gasolina tiene un precio promedio de 3,8 dolares por galón, con el alojamiento hemos contado con la fortuna de recibir invitaciones a hospedarnos, pero tambien hemos alternado la dormida en areas de descanzo, parques nacionales y estaciones de gasolina. La alimentación por fuera de casa es bastante costosa y además cobran propina del 15% a 20%, pero si se compra en un supermercado se puede cocinar y comer económico,  en caso de no poder cocinar nuestra opción es el especial del día de subway por 4 dólares cada uno. Vamos hacia el norte y el verano se acerca, tenemos gran espectativa por continuar rodando e ingresar a Canadá, ya veremos que sucede pues tenemos que hacer el trámite de la visa, DESEENNOS SUERTE.
Kilómetros de felicidad para todos. Meli y Kike.