14 de diciembre de 2012

Drive thru trees California – Túneles en las secuoyas de California

Desde hace un par de años habíamos visto fotografías de árboles gigantes con túneles por donde se pasa manejando el carro. Al acercarnos al centro de visitantes del Redwood National Park nos indican donde quedan los árboles.

Estos árboles están dentro de propiedades privadas y cobran 5 dólares de entrada. Aunque el momento es corto, es muy emocionante cruzar estos túneles de colosales árboles, vale la pena hacer un alto en el camino de la Ruta 101 (todos están muy cerca de la carretera principal) y tomar fotografías para la posteridad.



Lo que nos pareció más interesante es que a pesar del gran hueco que han hecho en estos árboles aún siguen vivos. Era un buen día no había mucha gente así que pudimos tomar con toda calma nuestras fotos.

Como nos costó un poco de trabajo encontrarlos, les dejamos la dirección exacta de los drive thru tree para que lo encuentren fácil si algún día viajan por acá. Así que ahí van, los famosos “Drive thru tree de California”


Éste es el Klamath Tour Thru Tree, éstá en 430 Highway 169, Klamath, CA 95548. Un poco escondido entre el bosque está este el árbol, con el hueco más grande que permite pasar carros más grandes, no nos tocó bajar nada de la gran cantidad de cosas que llevamos cargadas en el techo.


Que tal se ve lunita?


El Myers Flat Shrine Tree Se encuentra en 13078 Ave of the Giants, Myers Flat, CA 95554. Un árbol de 3000 años al que llegamos un poco de noche pero decidimos pasar. EL árbol con el hueco un poco más pequeño nos hizo bajar todo nuestro menaje del techo.



El Leggett Chandelier Tree está ubicado en 67402 Drive Thru Tree Road Leggett, CA 95585. Nos pareció el árbol más bonito del recorrido de los túneles, es el más alto y el que está más despejado para tomar una linda foto.



Es un árbol de aproximadamente 2400 años. El hueco se veía un poco pequeño para pasar a lunita pero probamos despació y entró hasta la mitad sin problema. Al pasar el resto del lunita se atascó dentro del árbol y al dar reversa quebramos la claraboya del techo! Nooo…. Eso nos pasó por haber desatacado la advertencia de las medidas a la entrada… pero bueno, aún no hemos encontrado una vidriera donde nos arreglen el techo y con las últimas lluvias tocó hacer una reparación con una bolsa plástica. Vamos a ver hasta cuando dura así.



Vale la pena buscarlos, vale la pena pasar entre ellos, vale la pena tomar la foto, vale la pena mirarlos por un rato. No conocemos de lugares similares y además quien sabe por cuánto tiempo más duren vivos.

10 de diciembre de 2012

Redwood national park, como enanos entre los gigantes

Entramos a California y después de habernos imaginado este momento por tanto tiempo podemos decir que es un estado lleno de grandes contrastes. Cualquier cosa puede pasar, el paisaje es muy variado, el clima cambian abruptamente, la nieve cubre las montañas hacia el oriente y la neblina no deja ver el mar ni los carros que van al paso de las carreteras de occidente.



Un poco tarde pasamos la línea entre Oregon y California, ya las noches llegan rápido siendo noviembre y se anochece mientras estamos manejando. No logramos acostumbrarnos a la penumbra por tanto tiempo.

Ingresamos por la ruta 101 que va por la costa y quien desee planear un viaje por este lugar debe pasar primero por el centro de visitantes del Redwood National Park en Crescent City donde dan información completa de lo que hay que ver y de lugares super interesantes que no hay que perderse.



El parque nacional tiene la ruta 101 para desplazarse hacia el sur, pero si se hacen unos desvíos a través del bosque se puede manejar al sur en medio de la sombra que hacen los colosales árboles que pueblan este viejo bosque.




En los mapas y guías del parque muestran las rutas llamadas Scenic Drives (Howland Hill Road, Coastal Drive Loop, Newton B. Drury Scenic Parkway, entre otras) dónde se maneja por carreteras algunas con grava, otras sin pavimento y otras en buen estado. Están lejos del tráfico de las vías rápidas, se puede manejar entre secuoyas y Redwood, ver animales salvajes y tener hermosas vistas del océano. En estos pequeños caminos se puede hacer un alto, parquear y hacer cortas caminatas para llegar a la vista de árboles increíblemente viejos y grandes.



Solo hay que mirar hacia arriba para sentirse pequeño, el bosque están alto y tan espeso que la luz del sol a duras penas puede entrar.




Para llegar al Boy Scout Tree (El árbol boy Scout) caminamos 4.5 kilómetros de ida y 4.5 kilómetros de regreso adentrándonos poco a poco bosque. La caminata es relativamente fácil, pero con el poco ejercicio que hemos hecho últimamente quedamos bastante cansados.




Las vistas dentro del bosque son hermosas, hay muchos árboles que se han caído por enfermedades en sus troncos o en sus raíces y desde allí empiezan a crecer nuevos árboles. El ambiente se siente muy húmedo y se ve correr la neblina casi que a todo momento.




Esta es la imagen que se tiene al mirar hacia arriba, las copas de los árboles son casi inalcanzables a la vista.


Llegamos al final del camino y no logramos ver el gran árbol. De regreso vemos unas personas en una pequeña montaña que nos llaman. No nos habíamos dado cuenta pero pasamos detrás del árbol más viejo del parque sin notarlo.  



Nunca vimos la señalización y cada día que pasa nos mal acostumbramos a que todo en este país tiene un letrero. Pero aquí está el motivo 9 kilómetros de caminata, el gigante Boy Scout Tree que puede llegar a tener 2000 años.


Entre bosques de redwood se toma la ruta Recua hasta llegar a la hermosa vista del Rio Klamath desembocando al mar. Es un buen lugar para ver el sol ponerse y algunas ballenas que aunque era temporada no logramos ver.



Entramos nuevamente por la ruta 101 y llegamos al Prairie Creek Redwood State park. Seguimos conduciendo hacia el sur y varias veces en el camino se aparecen estos grandes Elk. Viven en esta gran pradera que tiene buen pasto para alimentarse.





Algunos Elk están bien escondidos y sólo los detallamos por los grandes cuernos que sobresalían entre los pastizales. Otros cruzaban tranquilamente las carreteras o comían cerca al mar. Se ven tranquilos pero en todo el parque está la advertencia de no acercarse a ellos, son bastante agresivos.


                                     

                                     

Al sur del Prairie Creek Redwood State Park llega el momento de detenerse a ver el increíble BIG TREE, el árbol más grande del parque nacional de las Secuoyas. Desde el parqueadero sólo se camina un kilómetro para sorprenderse con este anciano habitante del planeta. Éste árbol de 1500 años con 93 metros de altura y 20 metros de circunferencia en su tronco hace ver a Kike que está parado al lado como un puntico en la foto.



La ruta Davison en Elk Meadow es una ruta escénica muy recomendada que llega hasta el Cañón Fern. Para llegar teníamos que pasar charco. Estuvimos un par de minutos pensando ¿Pasa? ¿No Pasa? ¿Pasa? ¿No pasa? Al final decidimos seguir y si pasó no era tan profundo como se veía!



Como todo en estos parques discurre entre secuoyas y una angosta carretera sin pavimento. Al final del camino la floresta se abre y llega la hermosa vista del océano. La ruta continúa por todo el borde de la playa “Gold Bluffs Beach”, la brisa muy fría y el cielo un poco neblinoso nos dice “están en California” y nos recuerda nuestro recorrido al sur por Perú y Chile donde la neblina siempre tapa el horizonte.



Salimos del Parque nacional de las Secuoyas y tomamos la famosa ruta 1 de California. Varias personas desde que entramos a Estados Unidos nos recomendaron no pasarla por alto y disfrutar de las hermosas vistas del mar y las olas rompiendo en las rocas.



Ahora vemos por qué la recomiendan. Manejar en estados Unidos es ver sólo asfalto y carros a gran velocidad a menos de que se tomen carreteras alejadas de las interestatales como es la ruta 1.



Se va serpenteando por los riscos frente al mar, hay muchos lugares para detenerse a disfrutar del paisaje, sitios para acampar y para acabar con la memoria de la cámara tomando fotografías.



Estamos a un día de llegar a San Francisco. Llegamos a esta área de descanso a unas cuantas millas, nos detenemos a pasar la noche allí acompañados de esa casa-carro que se ve al fondo. Al levantarnos como cada día Kike revisa el aceite y repone el que falta, hacemos nuestro desayuno y salimos a recorrer el mundo!

29 de noviembre de 2012

Crater Lake National Park - El crater que no pudimos ver

Estando en Portland surge nuevamente la pregunta de hacia dónde vamos. La temporada de nevadas en las montañas de Oregon empezó por lo que vemos en el estado de tiempo, así que ganó la nieve a la playa y tomamos la ruta a la sierra.



Por la época toca investigar antes de salir a la ruta, porque si nos metemos por una ruta que está cerrada tocaría devolvernos. Nuestra mejor opción fue salir desde Portland hacia el sur hasta llegar a Stayton. Allí tomamos la ruta 22 atravesando la montaña y la gran floresta. El camino era largo y a velocidad de lunita toco hacer varias paradas antes de llegar a nuestro destino.



La ruta 22 de Oregon está muy recomendada en varias guías turísticas. Mientras íbamos subiendo la carretera se pone más y más nevada. Para nosotros que somos del trópico es bastante satisfactorio y motivo suficiente para estar felices por varios días.




Poco a poco nos acercamos a un grupo de autos y vemos que hay un letrero que dice que hay que poner las cadenas al carro. Nosotros nunca lo habíamos hecho y como no quisimos hacer caso y practicar antes de subir, tocó aprender en medio de la carretera.





Ahora sí, manos a la obra. Parece más fácil de lo que es y después de leer varias veces el manual y tratar de descifrar lo que decía en media hora logramos poner las cadenas.





Había una persona que tuvo dificultades y como expertos que ya éramos lo ayudamos con sus cadenas. Al terminar, tal vez media hora después, retiraron el letrero de requerimiento de cadenas. Las quitamos y seguimos nuestro camino sin cadenas. Perdimos nuestro tiempo pero ya tenemos experiencia para la próxima vez.



El paisaje es de película, un paisaje que jamás habíamos recorrido con lunita. La carretera angosta adornada por la nieve y los pinos con sus ramas dobladas por el peso de la nieve que se acumula. El frío bastante fuerte y va la pregunta a la respuesta que nos han hecho muchas personas ¿Cómo hacen con el frío en la kombi si no tiene calefacción? Pues hace un par de meses conseguimos una calefacción de gas propano que nos calienta en el camino y alguna cosas de invierno que conseguimos en una tienda ropa de segunda en Alaska.



Al estar manejando empiezan a tocar a lunita los primeros copos de nieve del viaje. Prendemos las plumillas y nos detenemos en la carretera a disfrutar de la nevada y tomar nuestra foto de recuerdo.

Ahora a mediados de otoño oscurece rápido y el tiempo no nos alcanzó para llegar a Crater Lake. Ese día bastante frío varios grados bajo cero, con todo lo líquido dentro de la kombi congelado, tuvimos que dejar de dormir en la kombi e ir a Chiloquín a buscar un hotel.



Llegamos a la entrada de Crater Lake estaba toda nevada y con un poco de neblina sobre la copa de los árboles. Vamos subiendo lentamente disfrutando del paisaje nuevo para nosotros.





Al acercarnos al centro de visitantes la neblina cubre todo y nos damos cuenta que no vamos a ver ningún cráter. Pero bueno, llegamos y parqueamos junto a unos pocos carros que habían y que toco hacer? Empezar a jugar recordando los juegos de las películas.





Hicimos nuestro primer angelito que no nos quedó muy bien, el primer muñeco de nieve que tampoco nos quedó muy bien, pero bueno.. ya vendrán otros mejores.





Las figuras que el agua y la nieve hace sobre los árboles son hermosas. Como no saltar de la felicidad! Y esas estalactitas en los techos de las casas sí que adornan bien.



No recordamos haber jugado tanto siendo tan grandes! Algo de nuestra infancia renació y a pesar de las miradas de algunos no pudimos evitarlo.



Esta es nuestra visita a Cráter Lake donde el cráter nunca pudimos ver, pero donde pasamos un día especial, días de esos que no se olvidan.