14 de abril de 2013

Kombianos de camping en Añasco, el último camping de América

Una de las cosas que no debíamos dejar atrás antes de poner a lunita en el museo era hacer el último camping de esta parte del viaje. Ya hace unos 6 meses las dormidas fueron en lugares donde la temperatura estuvo bajo cero, pero ahora viene la hora de nuevamente recordar eso de ser despertados por los fuertes rayos del sol y el calor abrazante. 

Acampando en Añasco 

En esta ocasión, el amigo Melvin tenía separado un lugar frente a la playa en el Balnerio Tres Hermanos en Añasco para pasar el último fin de semana en Puerto Rico con lunita. Ya hace un largo rato no pasábamos la noche acampando con amigos, así que disfrutamos mucho el hecho de estar acompañados  por otros que aman hacer lo que nosotros hacemos, dormir en hermosos lugares. 

Camping VW en Añasco

Al llegar la noche varios amigos llegaron a hacernos compañía con sus kombis a compartir una cena hecha por todos y tomar unos tragos que no pueden faltar para arreglar el mundo. 

La última noche durmiendo con Lunita en el viaje por América

Llegó la noche y perder la costumbre es difícil, por más que había donde conectar un bombillo, la luz de las velas nos recuerdan esos momentos en un lugar lejano donde lo único que oyes son los pensamientos. Entonces la luz de las velas iluminaron nuestro último camping con lunita en América.

Que mejor que un ventilador para el calor del trópico? solución perfecta.

Hace casi dos meses que no dormíamos en lunita y de verdad que no hay nada como dormir en casa. Ya los casi 5 años de viaje nos hicieron acostumbrarnos a su pequeña cama y sus pocos metros cuadrados que nos mantienen muy cerca. Muchas veces hemos pensado en como sería dejar de dormir en ella, ya veremos que pasará por el tiempo que nos separaremos de ella! 



Al día siguiente en la mañana los amigos Angel y Noret se desatrazan de sus perfiles de facebook y seguimos con el día a día, comida, charlas y planes.

Camping en Añasco

Un día bastane bonito, tal vez es la segunda vez que hemos acampado con otras kombis durante el viaje, o tal vez la memoría nos está fallando. Pero no podía ser un mejor cierre a la visita en Puerto Rico. Y más aún ahora que por unos meses seguiremos el viaje en mochila, esto nos dará una idea de que tan útil nos ha sido lunita, si la comodidad es por ser transportados o es el privilegio de tener siempre una casa en el camino.