26 de mayo de 2014

Un viaje por La Habana, Cuba

Cuba es un país que te llena de preguntas, calmar la curiosidad de como se vive, como es políticamente, que se hace por las tardes, que se ve en la televisión, de que habla la gente, solo se entiende al estar allá. Cuba era un lugar que teníamos que visitar antes de iniciar la segunda etapa de nuestro el viaje, por que no sabemos si al regresar, Cuba sea tal cual y como la conocimos. 



Hay muchas maneras de viajar a Cuba, una es todo incluido en grandes cadenas hoteleras, pero nosotros optamos por varias razones además de la económica en ir a hacer turismo con mochila, hospedarnos en casas de cubanos y poder compartir con lo lugareños, ésta es la mejor manera de conocer a la Cuba de los cubanos. 



Muchas veces escuchamos que La Habana estaba detenida en el tiempo, pero al pasar por las calles y ver alrededor, pudimos percibir que la  ciudad está es en ruinas, ruina de la que no se ha podido recuperar.



Lo curioso es que estas ruinas son encantadoras, esas casas de puertas y techos altos y las fachadas que van perdiendo pintura y cemento poco a poco, resisten por permanecer en pie.


La Habana es un centro histórico que se va cayendo poco a poco por falta de mantenimiento.  Con añoranza los lugareños hablan de los buenos tiempos y la prosperidad con la que se vivió hace unas décadas. 

          



Otro de los atractivos que tiene Cuba y más las calles de La Habana son sus carros viejos.  Las personas cuidan sus carros como tesoros, por que conseguir un carro nuevo para alguien del común es casi que imposible. Los pintan, les ponen motores de otros carros, hacen lo que sea para mantener sus carros funcionando.





Tras una mirada alrededor te das cuanta que las calles están inundadas de estos viejos carros; algunos cuidados, la mayoría destartalados, estos en medio de algunos carros modernos que están apenas empezando a entrar al país pero a los que pocos particulares tienen acceso.



Pedimos permiso a los habitantes de una de las edificaciones para ir hasta la terraza, desde ahí se tiene una perspectiva diferente de la ciudad y se pueden tomar unas fotos bonitas.



La ropa tendida es típico en las calles de La Habana, cada casa tiene su tendedero de ropa justo en la ventana más visible.  Esta visión de las casas que se van al piso, de casas a punto de derrumbarse, la ropa tendida en las ventanas se va perdiendo cuando se llega a la zona turística. 

        

Dos de los sectores más visitados de La Habana son La Habana Vieja y Centro Habana, donde se encuentra la mayoría de casas antiguas, coloniales y atractivos turísticos de la ciudad. Las calles están organizadas, limpias, algunas con sus empedrados, eso sí, están abarrotadas de turistas que toman un mojito y compran algún recuerdo.

         

En la Habana Vieja se encuentra un típico lugar "La bodeguita del Medio" . Teníamos mucha  expectativa por que siempre hemos tenido este lugar como referencia para bailar y en muchos lugares de latinoamérica habían bodeguitas Cubanas donde se bailaba salsa.  


Entramos a la Bodeguita de Medio y vamos al segundo piso observando todo al rededor y que descubrimos?? Que en la bodeguita del Medio no se baila, es un restaurante-bar.



Aunque quedamos un poco decepcionados con nuestra confusión ya que muchas veces soñamos estar bailando en la bodeguita del Medio de la Habana, pasamos a una mesa, tomamos asiento y disfrutamos de los grupos en vivo que se presentan continuamente y que mejor que junto a una rica comida criolla y unos reales mojitos cubanos! 

 

En la visita a La Habana no puede faltar hacer un recorrido por el malecón. El malecón tiene 8 kilómetros de largo, pero no es necesario hacer tan largo recorrido.  Un par de horas es suficiente para caminar a lo largo de los pintorescos lugares del malecón, hacer paradas para tomar fotografías, ver pasar carros antiguos y observar las personas. 




Muchas veces caminamos por el malecón. Habíamos recorrido tanto caminando los lugares turísticos de la ciudad que ya no encontrábamos más que hacer. Justo un domingo sin saber a donde más ir, volvemos a  dar una caminata por el Malecón y que gran sorpresa, la gente que se encontraba en sus días de descanso del trabajo se aglomera a lo largo del malecón con sus parejas, familias y amigos. Es todo un despliegue de la cultura cubana. 



No habiendo mucho que hacer en casa, nada que ver en la televisión y sin internet para quedar atrapados por las redes sociales y demás, la gente sale a la calle a divertirse tal vez como lo hacíamos en nuestros países hace unos años. 


Es típico ver los niños jugando en las calles, en las plazas, en todo lugar. Personas que se reúnen en las calles para bailar y exponer sus estilos, sus creaciones. Fue una panorámica que nos encantó de Cuba, la gente haciendo cosas en la calle. 


Y como no podía faltar la postal típica del que ha estado en Cuba, nos dirigimos en el bus turístico hasta la plaza de la Revolución que no es más que una planicie de cemento junto a dos edificaciones grandes que tiene uno la silueta de la cara de Camilo Cienfuegos y otra la famosísima del Che Guevara. Ahora si podemos decir "Hasta la victoria siempre"