20 de noviembre de 2010

Manaus a Puerto Ordaz... viaje en kombi por América.

Los días pasaron muy lento desde que salimos de Belem, el calor y la humedad nos envolvían y pasamos muchas horas conduciendo para desplazaros de un lugar a otro. Nos hace falta un poco de la tranquilidad y la magia de los lugares pequeños, sencillos y traviesos.  El agite de las ciudades grandes nos tienen agotados, en pocas palabras NECESITAMOS UN DESCANSO.


Salimos de una Manaus nublada y lluviosa después de recibir la Kombi y sin imaginarnos lo que se avecinaba.
Al salir y dar una revisión al motor de la kombi nos encontramos con que la válvula no ajusta más, después nos encontramos con el mal estado de la vía que nos une con Boa Vista (en total son 800 km), un tercio de ella está en pésimo estado,  llena de huecos, algunos tapados con tierra, sobretodo la que pasa dentro de la reserva indígena, reserva indígena que tiene un horario estricto de tránsito de vehículos solo en horas del día.
Ya llevábamos unos 300km tal vez, a 15 km de la salida de la reserva indígena, la luz de la presión de aceite en el tablero alumbró.  Nos detenemos inmediatamente al costado de la vía desolada y al destapar el motor sale mucho humo sobre todo de la culata izquierda y ha perdido todo el aceite, SE NOS DAÑO EL MOTOR y por primera vez nos quedamos en la calle. Nos ubicamos más lejos de la vía junto a una casita donde no había nadie y pasamos ahí la noche en medio de la oscuridad, el sonido de los grillos y el croar de las ranas.
Al día siguiente nos despiertan las canciones de las guacamayas multicolores y los loros enloquecidos por la luz del sol, de esos que uno nunca creería ver volando libres, revoloteando sus alas sobre nuestras cabezas, de esos que se ven segun nosotros solo se ven en un zoológico o en la casa de alguien que se atreve a poseerlos.  Todas viajan en grupos, pero siempre fieles en parejas y se posan sobre las copas de las palmeras circundantes.
Un camionero nos remolca con una cuerda por varios kilómetros hasta llegar a Nova Colonia, un pueblito polvoriento y sin ningún atractivo, por 3 días nos ponemos en la búsqueda exhaustiva de un camión que nos llevara hasta nuestro destino por un buen precio y en esta espera, por ahorrarnos unos pesos  y no cumplir nuestros códigos básicos de seguridad (dejar la Kombi en un lugar iluminado, dejar la Kombi totalmente cerrada y no estar más de un día en este tipo de lugares) en un descuido nos bajaron la ventana y se metieron a la Kombi robándonos algunas de nuestras pertenencias.

Estábamos tristes, pero debíamos continuar. De las cosas malas y de nuestras propias experiencias siempre se abstraen enseñanzas.
Con un poco de dificultad subimos la Kombi al camión y viajamos junto al motorista los kilómetros que nos faltaban para llegar a Boa Vista, gran parte del tramo en pésimas condiciones pero el verdor del paisaje, los pasos de aguas y la vista hacia los pantanales , hicieron olvidarlo.
De llegada a Boa Vista, Rony nos recibe y nos ayuda a ubicar al mecánico que resolverá nuestro problema, dejamos la Kombi en el taller y SI por 6ta vez en casi 35.000 km el motor esta fuera de la Kombi para ser reparado. Y esta vez que paso??? Las baretas de soporte de las guías de las válvulas se doblaron y se partieron, afortunadamente nos detuvimos a tiempo y el motor no sufrió más daños. Esta reparación fue un duro golpe a nuestro bolsillo “al marranito se le sacaron casi todas las moneditas”, los repuestos son costosos al igual que la mano de obra.
El motor estuvo armado en 3 días, lo cual agradecemos inmensamente al mecánico, además por la deliciosa cena a la que nos convidaron y por el cálculo que hemos hecho no volverá a molestar en 7000 km (es el promedio de kilometraje que dura el motor sin fallar).

Boa Vista, una ciudad linda, limpia y planificada, junto al gran rio Blanco, rodeada de selva, caídas de agua y una pequeña sierra, con un sol resplandeciente que te quema la piel y un calor húmedo que te mantiene pegajoso, la consideramos una de las ciudades más bonitas de Brasil.

Rony amante de los VW y un incansable anfitrión nos llevó a toda parte, nos presento a su familia y amigos, estuvo muy pendiente de nosotros. Venezolano de nacimiento, brasilero de corazón, ahora una persona más en nuestra gran lista de nuestros amigos, de aquellos que quisiéramos volver a cruzarnos por el camino.

Club VW Roraima

Nos juntamos a un encuentro de vehículos de doble tracción con nuestros VW, en la sierra a 100 kms de la ciudad, un fuerte ascenso a 30 km por hora y en primera marcha (faltan algunos ajustes en el distribuidor), pero disfrutando del hermoso paisaje, de los acúmulos de arboles que forman pequeñas selvas y el cambio gradual del clima.
Fue nuestra última noche en Brasil, Rony y su primo, Elise, Elmer (anfitrión en su casa de la sierra), compartieron muchas palabras en portugués para mejorar en 1 día nuestro portugués bizarro y sus deliciosas caipiriñas, al final dormimos en nuestros campamentos mientras caía la lluvia y el pasto mojado expedía ese extraño pero delicioso olor a naturaleza.
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VENEZUELA
Llegó el día de volver a poner los pies y las ruedas sobre Venezuela, ahora con más experiencia y con aprendizaje del manejo de situaciones. La tramitología en la frontera se nos alargó, nos toco ir a Santa Elena (unos 10 km) a comprar un seguro obligatorio contra daños a terceros y aunque estaremos poco tiempo en Venezuela solo venden el seguro por 1 año (parece que es posible hacer una cancelación de la póliza al salir del país y recibir el reintegro del dinero), Al llegar nuevamente a la frontera y faltando 15 minutos para las 6 de la tarde, el SENIAT, lugar donde se tramita el ingreso de Vehículos, había cerrado. Dormimos en la frontera que cierra a las 10 de la noche más tranquilos de lo que esperábamos.

Oh! Gasolina venezolana, cuestión económica que no entendemos ni pretendemos entender, el precio subsidiado se sostiene desde hace mas de 10 años, se paga con monedas o billetes pequeños y no se da cambio, tanque lleno de gasolina que cuestas menos que un litro de agua mineral. 1 litro por 0,097 bolívares fuertes (25 pesos colombianos  o 0,014 dólares) tanque lleno por 4,47Bolivares fuertes ( 0,63 dólares). AY GASOLINA QUE FELIZ NOS HACES Y CUANTAS SONRISAS NOS SACAS!!


Cada rincón de esta “Gran Sabana” te lleva a un hermoso lugar, tierra majestuosa y antigua que apareció antes que muchos otros lugares del planeta. Grandes rocas negras  antiquísimas “los Tepuis” se divisan nublados por las ventanas de Lunita, hermosos altiplanos tallados de manera perfecta por la erosión de millones de años. Nunca habíamos disfrutado tanto conducir a 40 km por hora, si vamos más rápido se corre el riesgo de perderse algún detalle.

Caminitos de tierra sobre la vía principal, nos lleva a extraños lugares: Caídas de agua escondidas entre los grandes árboles  y que van a reposar sobre un extraño lecho de rio hecho de una gigante piedra Jaspe roja mágica e hipnotizante, caídas de agua que se observan desde la carretera principal.

Lugares tranquilos en medio de la naturaleza, con hermosa vista a la sabana, con asiento en primera fila para ver la mágica luna casi llena, donde la contaminación lumínica no llega y se percibe el paso de decenas de meteoritos, donde el sonido de las ranas y las aves nocturnas se combinan y se forma una bella melodía sinfónica, donde lo único malo que puede pasar es que te coman los mosquitos, donde la vida es bella y somos parte de ella!


La ducha es un pozo de agua de tonos azulados corriendo libremente, tan cristalina que te puedes ver los pies desde la superficie, tan pura que la puedes beber, tan sonora que puedes encontrarla sin ver.

 
Este mágico lugar donde el agua corre y cae, donde el pasto que parece recién cortado se mese con el escaso viento, donde ves figuras que se dibujan sobre las raras montañas, donde el sol te calienta pero no te lastima, donde los distintos tonos del verde te hace un encanto mágico, aquí, nos olvidamos de los momentos malos que acabamos de pasar y somos nuevamente 100% felices!
Al estar poniendo gasolina en el Callao después de hacer una fila de varios minutos, se nos acerca LEONARDO, miembro del club del Callao que nos sigue por el blog. El, Abogado y con su oficina en hora laboral y con varias personas esperando su atención, nos dedica un poco de ese valioso tiempo que tanto necesitaba. Qué gran persona! Simplemente así son los venezolanos, entregados, amorosos y buena gente.  

Después de 14 retenes de las fuerzas armadas venezolanas o alcabalas como dicen por acá, de los cuales nos hicieron detener y bajar del carro la mitad de las veces, aclaramos de una manera cordial y respetuosa, después de decenas de avisos y carteles con la cara del presidente de la república y gran porcentaje de la carretera en excelente estado, llegamos a Puerto Ordaz hermosa ciudad frente al rio Orinoco y Caroní.