30 de marzo de 2013

La boda de Astrid y Kevin


Hace mucho rato no tomábamos un vuelo a ningún lugar, y el que venía era bastante largo, tal vez unas  7 horas, que tal vez es más de lo que manejamos con lunita en un solo día.  Desde Los Ángeles a Chicago y de ahí a New Jersey, la razón; el acontecimiento familiar, la boda de mi hermana.



Nos reunimos con parte de la familia y para nosotros era bastante reconfortante saber que los íbamos a ver después un largo tiempo de ausencia. 

Con la familia en New York

Durante el viaje no pensábamos regresar a New York y sus alrededores, pero como siempre los planes cambian y fluyen otras cosas. Así que henos ahí, otra vez entre edificios y luces en el timesqueare , pero  ahora en una estación diferente. Con frío, cubiertos y sin lunita, pero rodeados de la familia. 

New York, vista desde New Jersey
Nueva York después de una tormenta invernal

Nuevamente salimos a recorrer lugares ahora cubiertos de nieve y hielo, que hace ver todo completamente diferente.  

Preparándonos para la boda

Después de tanto tiempo de descuidos y tranquilidades, llegó la hora de consentirnos. Arreglarnos las uñas, arreglarnos el cabello, vestirnos para la ocasión y estar a la altura. Estas cositas banales hace rato no las teníamos, de verdad que se siente rico, más aún cuando llevas tanto tiempo sin esos cuidados. 

Antes de la boda

Un día ideal escogido para casarse, nada podía salir mal. Pero llegó la tormenta NEMO a acompañarlos. "Mirar hacia atrás, nunca, dijeron y decidieron casarse a pesar de las inclemencias del tiempo. Por ahí dicen que ser novia de invierno es de buena suerte, así que adelante".

En la boda de Kevin y Astrid

Varias cosas pasaron, entre ellas que el reverendo canceló dos días antes de matrimonio, pero cuando las cosas van a suceder las soluciones llegan. Como de la nada salió otro reverendo. 

Damas de Honor y padrinos de la boda
En familia después de la boda

A pesar de que nevaba demasiado, las carreteras estaban cubiertas de nieve y algunas con hielo, la gente llegó a acompañarlos. Todo salió a la perfección y a pesar que seguiría nevando por más de 12 horas, la fiesta continuó.

Sr y Sra Gibbs

Ese viaje tan largo y el regreso a un lugar donde no pensabamos volver, valió la pena. Estar con la familia y acompañarlos en un momento tan importante es muy reconfortante. Nos sentimos felices de haber podido estar presentes en la primera boda de la familia. 

kombianos bajo la nieve

Decidir cuando regresar con lunita y dejar a la familia un poco difícil. Aplazamos tantas veces el regreso a reencontrarnos con ella; pero ante la tranquilidad de saber que había llegado bien a Florida a casa de nuestro amigo Germán y ahí podía esperarnos, nos hizo decidir estar el mayor tiempo posible disfrutando del invierno y las charlas familiares.
Contar con la ayuda de Claudia que nos facilitó tiquetes aéreos de cortesía para viajar de ida a la boda y de regreso a Los Ángeles, nos hizo tomar la decisión la decisión final de ir a conocer ese lugar de Estados Unidos que teníamos en mente "The Grans Circle".
Ahora, la prueba de estar sin la kombi y ver como adaptarnos al viaje sin la comodidad de nuestra lunita. Ya veremos que pasa.