Siempre será interesante recorrer las calles de Seattle. Aunque se pase por el mismo lugar siempre querrás observar. Sus vistas al mar viendo pasar barcos cargueros, recorrer el mercado central, ver los grandes edificios o simplemente viendo lo que hay al paso de las calles es suficiente para quedar satisfecho.
Tras pasillos del Place Market una pared monumento a los comechicles. Quien sabe cuántos chiles hay pegados y desde cuando están ahí.
La gente pasa se toma una foto y deja una donación, su chicle en la pared. Unos sólo se sacan el chicle de la boca y lo pegan, otros más artistas hacen formas, estalactitas, escriben nombres u otra cosa que la imaginación les aporte.
En el Market Place se ven curiosidades, la más famosa es el Pick Place que ofrece pescado fresco, variedades de Salmon, Lenguado y otros grandes pescados del mar.
La particularidad es que los vendedores interactúan con el público, se dan órdenes de pedidos a gritos y juegan a tirar el pescado del mostrador hasta el lugar donde lo van a empacar, ganando además de la venta aplausos, ser fotografiados y uno que otro dólar en la botella de propinas.
Frente al Market Place está la primera tienda de Starbucks Café. Un pequeño local que permanece lleno y a veces con fila en la calle. Esta cadena de tiendas de café es la más famosa de Estados Unidos y ahora tiene cantidades de franquicias por todo el país y alrededor del mundo.
La emblemática Space Needle una torre construida en 1962 con forma de nave espacial es el símbolo de Seattle.
Se sube por un ascensor de vidrio con vista a la ciudad hasta el punto más alto a 180 metros. Desde ahí, se puede divisar la ciudad con hermosas vistas del monte Rainier en el día y las luces de la ciudad en la noche.
Después de hacer una reserva, nos encontramos nuevamente con los amigos viajeros de 1000 días por América, esta vez en el famoso restaurante Skycity en lo más alto del Space Needle. El restaurante gira 360 grados dando vistas de la ciudad entre la cena y las copas.
La vista de Seattle desde lejos es espléndida. Mientras el ferry se va alejando va mostrando mejor el panorama. Esta vista se logra tomando el ferry que va de Seattle a Bainbridge Island, son 40 minutos navegando y viendo cómo se aleja la ciudad. Los paisajes son conmovedores y aunque casi toda la gente va dentro del barco (todo por costumbre se ve sin relevancia), vale la pena ir en la cubierta mientras se observa cada cosa hasta la llegada a Bainbridge.
Llegamos a Bainbridge y lunita rauda como siempre enlentece la salida de los otros carros.
Después de una noche despejada que nos dejó ver una hermosa luna, llegó un día nublado que nos regaló el arcoíris más brillante y mejor definido que jamás hayamos visto. Un presagio de buena suerte para continuar nuestro camino al sur.
Ahora nos dirigimos hacia las montañas, hacia la sierra. Buscamos las páginas web de los parques nacionales que vamos a visitar, ya en esta época hay muchas vías cerradas que debemos evitar y encontramos que exigen cargar cadenas para nieve a partir de 1 de noviembre. Así que con cadenas... ahí vamos….