22 de agosto de 2010

Buenos Aires

Un poco desubicados nos instalamos en un hostel en San Telmo, descansaríamos para ver cómo nos trata la cuidad el día siguiente a la luz del sol.
Esto es algo que de lo cual varias veces hemos hablado y es lo desubicados que quedamos cada vez que llegamos a una gran ciudad, aunque toda gran cuidad tiene su encanto, logramos disfrutar más las pequeñas ciudades, generalmente lo pequeño está lleno de grandeza y es más fácil de envolverse en ella, se presta para disfrutar la Kombi y lo que está en su entorno. Pero aunque así es y aquí estamos.
Ciudad histórica, cuidad moderna rodeada de hermosos lugares que engalanan sus callecitas empedradas, mercados callejeros con miles de curiosidades, tiendas de antigüedades, edificaciones centenarias que te llevan a dar una mirada hacia atrás en el tiempo, contrastada por lo moderno, lo cosmopolita, cuidad que ha heredado de sus inmigrantes, cultura, arquitectura y genes. Se ve el contraste del hombre mestizo con el prototipo caucásico, cuidad con centenares de raíces que enriquecen un solo pueblo.
Ahora embriagada por la fiebre del futbol, la gente sueña y vive futbol, hombres, mujeres y niños. Cada lugar recuerda la presencia del equipo en el mundial y el fervor que sienten por su ídolo Maradona. Es increíble lo apasionados que son los argentinos y en este momento están en su cumbre, que mas los puede animar?? Tal vez un mate con los amigos.
Estamos perplejos con cada cosa que vemos y cada instante que apreciamos, esta cuidad se amolda muy bien a nuesto ser.
Caminamos por las calles de San Telmo, muchas veces sin rumbo fijo. Cada cuadra, cada manzana tiene un encanto especial. Nos detenemos en un lugar muy significativo, donde inicia el mercado callejero de cada sábado y domingo, la esquina donde se encuentra una representación de mafalda, siempre con esa cara de inocencia y picardia que la caracterizo y que recuerda aquellas épocas difíciles en las que se vivieron represión y dictadura.
Como estar en Buenos Aires y no recordar a MAFALDA, y sus amigos, al enamorado Felipe, Miguelito, Susanita, al futuro empresario Manolito, Guille, la pequeña Libertad en su diminuto apartamento. El hermoso citroën auto emblemático de los años 70, el odio por la sopa y el amor por la vida. Que linda eres Mafalda!

Despues de un breve respiro y varios sentimientos encontrados nos perdimos en el rumbo del mercado callejero, esperando encontrar algo que nos hechice. Termina el mercado al pie de la plaza de mayo donde aun las madres del incidente si así puede decirse de la noche de los lápices. Sagradamente 1 vez por semana alzan su voz de protesta junto a la casa rosada (palacio presidencial).