Con muchas ideas en la cabeza y con un poquito de preocupación iniciamos la entrada a una región con algunos conflictos. Hemos recibido comentarios de muchas personas con respecto a los problemas de seguridad y los encontrones con las autoridades. Pero como siempre decimos, la única forma de saber como son las cosas es estando ahí, haciendo presencia y viviendo el día a día.
Aunque para completar la tramitología de ingreso a Nicaragua (sellar pasaportes, sacar copias, revisión antinarcóticos de la kombi, compra del seguro obligatorio y permiso de ingreso del vehículo) nos tardamos un poco más de 3 horas, la actitud formal de la policía y los agentes de imigración nos hicieron sentir un poco más tranquilos.
Aunque oscurece, decidimos continuar camino hacia la población más cercana, San Juán del Sur, un lugar parada obligada de muchos turistas. La razón; hermosas playas, surf y fiestas.
Nos hospedamos en casa de Bonnie amiga de couchsurfing, donde tenemos un gran lugar para aparcar y armar nuestro campamento. Ella estadounidense, con un alma muy latina se enamoró de Nicaragua y decidió dejar todo e iniciar una vida con más sabor y alegría. Nunca nos imaginamos que hospedarnos en casa de personas del couchsurfing llegara a ser tan gratificante, compartir el mismo amor por los viajes y la vida, da mucho de que hablar. Su historia de vida es muy interesante, aprendimos mucho de cada cosa que nos relató.
Las playas y los lugares muy interesantes, hermosas caídas de sol cierran las tardes calurosas. Con algunos problemas de seguridad no se podía acceder a algunas playas, pero solo con un poco de precaución y prudencia se pasa muy bien. / Es notorio después del paso por Costa Rica que todo disminuye sustancialmente de costo (excepto la gasolina que es igual de cara que en todo lugar) y eso nos alegra aún más. Algunas cosas que al otro lado de la frontera podría ser un manjar, por acá es sencillamente algo a lo que puedes tener acceso.
Uno de los momentos más lindos y que no habíamos esperado fue el encuentro con los viajeros, aquellos que conocíamos por Internet y que por fin veíamos cara a cara. Fue encantador por fin ver la cara de Martín y Martina (amerikaenkombi), Paulina y Waldo (westfaliando por latinoaérica) María Eugenia y Emmanuel (vengo bajando) y conocer nuevos viajeros. Sus historias de viaje, sus formas de financiación, los diferentes puntos de vista, los recorridos, tuvimos tanta tela que cortar que nos tocó quedarnos un día más.
A unos pocos kilómetros de San Juán del Sur, se llega a San Jorge, desde donde se toma un ferry o lanchas para llegar a la Isla Ometepe, dentro del lago mas grande de Centroamérica el gran lago Nicaragua. La vista de los volcanes Maderas y concepción mientras se viene y va en el ferry, se puede observar con suerte de encontrar el cielo despejado.
Casi llegando a la capital, se encuentra un volcán activo, el volcán Masaya. Logramos subir la kombi hasta el cráter y tomar una foto rápidamente, ya que los gases nos provocaban mucha tos y dificultad para respirar, contrario a lo que le pasa a los loritos que vuelan en bandadas sobre la gran fumarola.
Solo de paso por una pequeña reparación al motor de arranque, llegamos a Managua. Llegamos a Casa de Juan y Teresa (CS), abogados que compartieron su casa con nosotros. Gracias por compartir todas esas historias políticas y enseñarnos un poco más de su país. Agradecemos igualmente al amigo Kairo por ayudarnos con el motor de arranque, no tenemos foto del encuentro con el pero le recordamos gratamente.
Seguirle el ritmo a Centroamérica ha sido un poco más difícil para nosotros, todo queda cerca y las distancias son muy cortas; así que cuando menos pensamos ya estamos en la frontera del país siguiente.
Y eso fue lo que nos pasó, llegamos a Honduras, un paso fronterizo lleno de cobros nuevos para nosotros. Es la primera vez que nos cobran por ingresar la kombi y por sellarnos el pasaporte. El tramite demorado ya que es muy poco usual que ingresen vehículos que no son del CA4 (Nicaragua, Honduras, Salvador, Guatemala) Estos ingresan libremente y las personas solo pasan su documentos de identificación. Unos camioneros nos cuentan que estos lares son un poco peligrosos y de poco interés turístico así que decidimos recorrer los 130 km que nos llevan a la frontera con el Salvador.
Al ingresar a Honduras, solo teníamos el equivalente a 5 dólares que íbamos a cambiar por moneda nacional (lempiras) y nos pareció increíble que el cambista nos dijera: " eso es muy poquito, la policía les va a pedir dinero en todo el camino, por lo menos deben darle un par de dolares a cada uno". Pensamos que igual llevamos todo en orden no tienen por que molestarnos. La policía nos hace detener 2 veces en un trayecto de 130 km, nos pareció poco por lo que hemos leído de otros viajeros, pero las 2 veces que lo hicieron nos decían que nos faltaban los reflectivos traseros, que todos los vehículos de el tipo de lunita lo deben tener; pasan un par de autos iguales y ninguno tiene. En fin, nosotros teníamos un pedazo de cinta reflectiva que nos sobró en Perú y la pegamos, ellos simplemente nos dejaron seguir. La frontera entre Honduras y Salvador nos ha parecido una de las menos bonita. La gente se aglomera al rededor tuyo para ayudarte con cualquier cosa, a sellar los pasaportes, a pedir el permiso del vehículo, a cuidarte el carro, hay que estar un poco mas atentos. La llegada al Salvador fue en la noche, cruzamos la mitad del trayecto a Honduras de noche sin ningún improvisto y luego de hacer los trámites de ingreso, dormimos en el parqueo de la policía antinarcóticos de la frontera de El Salvador.
Sólo a unos poquitos kilómetros de la frontera hay un lugar muy interesante. Cerca al pueblo la Unión se toma una vía hacia la montaña. La vía es destapada en algunos tramos pero transitable, se ingresa al parque por un portón que la comunidad controla y cobra un peaje por pasar (2 dolares), después de esto la calle se volvió una vía empedrada, con curvas pronunciadas y algunas inclinaciones fuertes....después de tanto cruzar los dedos y tomar inpulso para poder subir, nuestra lunita llegó. En el parque se puede acampar y disfrutar de la vista del Golfo de fonseca y sus islas y de el puerto de La Unión.
Debíamos hacer nuevamente un arreglo al motor de arranque, llegamos al taller de Mario Posada en San Miguel. Te agradecemos inmensamente por ponernos antes que todos los autos que estaban por arreglar y a los clientes de taller por darnos su puesto para el arreglo.
Kike, gracias por compartir una buena charla en la mejor pupusería de la ciudad y contarnos de las cosas hermosas tu país, de verdad que eres bien conocedor y hasta ahora los lugares recomendados han sido de total asombro.
Kike, gracias por compartir una buena charla en la mejor pupusería de la ciudad y contarnos de las cosas hermosas tu país, de verdad que eres bien conocedor y hasta ahora los lugares recomendados han sido de total asombro.
Desde la alegría un lindo pueblito en las montañas cafeteras del Salvador y la neblina que lo envuelve, se encuentra la entrada hacia la laguna la Alegría. Por un camino destapado de 3 kms se llega al antíguo vólcan. Estamos literalemente metidos en el cráter donde armamos nuestro campamento, la vista dentro del cráter es algo extraña, nos rodean los riscos y frente a nosotros se observa una laguna azulosa y tornasolada que tiene un olor particular a azufre.
El Salvador un país que mueve su economía por la agricultura. La vida del día a día del campo se observa mediante el camino avanza para llegar a Corral del Mulas, una población a las orillas del pacífico donde ahora las tortugas están en época de desove, no es nada raro que el ganado se atraviese por la panamericana y mucho menos extraño que las aceras y hasta la misma vía panamericana este ocupada por maíz de los cultivos en proceso de secado.
En Corral de Mulas llegamos a un lugar de camping (hotel solisal)junto al golfo desde donde hay una hermosa vista de los volcanes. Un muchacho por una propina nos lleva hasta la playa donde se ven las tortugas, la llegada un poco asustadora en medio de la oscuridad con los sonidos de la noche y los charcos de lodo que nos daban hasta las rodillas. Al llegar a la playa vemos algo que no habíamos esperado y nos dió mucha tristeza, personas que se hacen llamar "tortugueros" esperan que las tortugas salgan de la playa para profanar los nidos. Todos nos miraban con recelo al estar invadiendo su terreno, pero junto a este joven estamos a salvo. Este encuentro con la realidad nos puso un poco mal, pensar en todo lo que tuvo que pasar la tortuga para llegar hasta la playa que algún día la vió nacer y que no valga la pena tanto trabajo, es muy doloroso, son cuestiones cultarales que están tan arraigadas que son difícil de cambiar. Nos contaba nuestro tortuguero que con lo que se saca de un nido de tortuga (unos 100 o 120 huevos) comen una porción 7 personas.
Por una muy buena autopista y un clima increiblemente fresco, llegamos a San Salvador. Margot y Román (CS) esposos que trabajan en una ONG nos reciben en su casa, han compartido muchas cosas de su vida con nosotros y nos han enseñado cosas muy valiosas, amigos gracias por esas charlas de política, amor a los animales y viajes, por enseñarnos esas buenas recetas vegetarianas, las pondremos en práctica. Esperamos verlos en el camino. Los días pasan tranquilos e interesantes en San Salvador, es tan así que hasta fotos nos hemos olvidado de tomar.